Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Reyes 19, 18-34

18 y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses,
sino hechuras de mano de hombre, de madera y de piedra, y por eso han
sido aniquilados.

19 Ahora pues, Yahveh, Dios nuestro, sálvanos de su mano, y sabrán
todos los reinos de la tierra que sólo tú eres Dios, Yahveh.»

20 Isaías, hijo de Amós, envió a decir a Ezequías: «Así dice Yahveh,
Dios de Israel: He escuchado tu plegaria acerca de Senaquerib, rey de
Asiria.

21 Esta es la palabra que Yahveh pronuncia contra él: Ella te
desprecia, ella te hace burla, la virgen hija de Sión. Mueve la cabeza a tus
espaldas, la hija de Jerusalén.

22 ¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu
voz y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel!

23 Por tus mensajeros insultas a Adonay y dices: Con mis muchos
carros subo a los cumbres de los montes a las laderas del Líbano, derribo la
altura de sus cedros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer
de sus
refugios, su jardín del bosque.

24 Yo he cavado y bebido en extranjeras aguas. Secaré bajo la planta
de mis pies. todos los Nilos del Egipto.

25 ¿Lo oyes bien? Desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos días
lo había planeado. Ahora lo ejecuto. Tú convertirás en cúmulos de
ruinas
las fuertes ciudades

26 Sus habitantes, de débiles manos, confusos y aterrados, son plata
del campo, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el viento
de Oriente.

27 Si te alzas o te sientas, si sales o entras, estoy presente y lo sé.

28 Pues que te alzas airado contra mí y tu arrogancia ha subido a mis
oídos, voy a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca,
y voy a
devolverte por la ruta por la que has venido.

29 La señal será ésta: Este año se comerá lo que rebrote, lo que nazca
de sí al año siguiente. Al año tercero sembrad y segad, plantad las viñas y
comed su fruto.


30 El resto que se salve de la casa de Judá echará raíces por debajo y
frutos en lo alto.

31 Pues saldrá un Resto de Jerusalén, y supervivientes del monte Sión;
el celo de Yahveh Sebaot lo hará.

32 Por eso, así dice Yahveh al rey de Asiria: No entrará en esta
ciudad. No lanzará flechas en ella. No le opondrá escudo, ni alzará
en
contra de ella empalizada.

33 Volverá por la ruta que ha traído. No entrará en esta ciudad.
Palabra de Yahveh.

34 Protegeré a esta ciudad para salvarla, por quien soy y por mi siervo
David.»